El «regreso» del cassette: hay gente comercialmente genial

La pregunta no es quién compra AHORA, sino quién seguía comprando. Es muy fácil hoy venderle a un coleccionista o completista el nuevo álbum de un artista establecido en versión cassette -de «edición limitada»-. Pero había que darse cuenta -y alguien lo hizo- que había gente dispuesta a pagar por un formato sónicamente bastante «flojito» incluso durante su auge.

Como muestra este cuadro, hubo público que nunca dejó de comprar el cassette como medio audible para disfrutar de sus artistas:

El otrora impensado regreso del humilde casete siguió creciendo en 2018 y 2019, con las ventas en su punto más alto desde 2004, como OfficialCharts.com pudo revelar.

Impulsados por el renacimiento del vinilo, los compradores de música están regresando al casete por su atractivo retro, colectabilidad y su valor novedoso. Muchos por supuesto, lo mantienen cerradito como fetiche, sin jamás reproducir un medio que era de los más fácilmente desgastables y sin un audio demasiado tentador para el que realmente quiere disfrutar del sonido en plenitud. El regreso del formato coincide con el 40 aniversario del Walkman de Sony este mes -oh, casualidad-, a celebrarse en una nueva exposición en el museo Sony de Tokio, que se extiende hasta el 1 de septiembre.

Mientras algunos pueden hablar de «nueva vieja» fiebre, lo real es que las ventas se dispararon porcentualmente, pero en cuanto a unidades vendidas siguen sin ser algo por lo que ningún sello o artista per se, pueda aparecer en los libros de los récords por un súbito incremento patrimonial.

La pregunta no es cuánto durará ésto, sino de nuevo: quién los siguió comprando y dónde se vendían… ?

Un comentario en «El «regreso» del cassette: hay gente comercialmente genial»

  1. Los cassettes se seguían vendiendo como saldos en disquerías en los ‘2000, y también en ferias y negocios de compra-venta de discos de vinilo, o sea el formato nunca dejó de venderse, tuvo y tiene su nicho de mercado que son audiófilos y coleccionistas que nos gusta y amamos la música lo suficiente como para reproducirla ‘como Dios manda’. Aunque el Cassette no se destaca precisamente por su calidad sonora, pero eso es debido a deficiencias históricas en las fórmulas de las cintas comerciales grabadas pro las disqueras y el proceso de copiado en alta velocidad que le resta calidad. Porque grabado en una buena Deck o pletina (JVC TD-V662 y todas las Nakamichi o Revox) y con cintas de calidad como TDK, Sony o Maxell se logra un excelente sonido que deja asombrado a más de uno.
    Lamentablemente la fama de formato «malo» no se la va a quitar más, pero los que nos gusta en serio la buena música lo tenemos como uno de nuestros formatos en el corazón.
    Yo soy uno de ellos.

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