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Entrevista completa a Willy Quiroga: ¡BUENOS AIRES ROCK IS HERE!

Entrevista a WILLY QUIROGA Quilmes 1ero de diciembre de 2017

Willy Quiroga nació como Wilfrido Aníbal Quiroga en Río Cuarto –provincia de Córdoba– el 17 de mayo de 1940. A finales de la década del 60 fundó Vox Dei y desde entonces, la banda sigue activa. Willy es compositor, bajista y cantante y un verdadero histórico del Rock Argentino.

La charla con el creador de Vox Dei duró casi dos horas y fue una avalancha de anécdotas e historias reveladas a tal punto que incluso antes de comenzarle a preguntar -y mientras seteo los micrófonos para la grabación de la entrevista- le comento que de puro cholulo traje la contratapa de la edición CD de La Biblia de su grupo y que incluye un dibujo hecho por él para que me firme. Al verlo, Willy recuerda: “Mirá que hice dibujos pero este es el mejor, el más emblemático de todos. Está por todos lados. Me lo copió todo el mundo. Y me inspiré en ésto –señala la frase al lado de su dibujo–. La hizo Ricardo (Soulé, su ex compañero en Vox Dei), quien tampoco la firmó, pero es de él; me dí cuenta que era “conócete a ti mismo”: arranca las raíces terrenas, suelta el vicio, la gula, la envidia, todo ese tipo de cosas que son las raíces que nos atan a la tierra, trata de arrancarlas en un esfuerzo supremo y se eleva a un plano superior. “

A mí me quedó grabado ya en mi adolescencia y aquí estás vos su creador. Las vueltas de la vida. -Le muestro un par de notas de LONDRES: LA GUÍA DEFINITIVA PARA CONOCER LOS LUGARES HISTÓRICOS DEL ROCK de esta misma Colección y le comento que, como ese, este libro que ya tenés en tus manos rescata hechos históricos provocados no solo por músicos argentinos sino también por extranjeros, y le menciono la actuación de Bill Haley en el Metropolitan (ahora Metropolitan SURA)-.

Y, seguramente yo tendría 12 o 13 años… (Nota: Haley se presentó en abril de 1958 en Buenos Aires, así que Willy tenía 18).

¿Fuiste a verlo?

No, no fui. Todavía era muy pibe y en ese momento… bah, yo vivía en Barracas en esa época. Podría haber ido pero ni me enteré. Solo había radio, no había televisión. Lo primero que escuché yo fue Elvis Presley y Bill Haley.

Willy, te voy a ir nombrando algunos sitios claves de la historia del Rock Nacional de la Ciudad de Buenos Aires y que en este caso tienen mucha relación con Vox Dei. La primera tiene que ver con el sello Mandioca: Jorge Álvarez funda –junto a sus socios Pedro Pujó, Javier Arroyuelo y Rafael López Sánchez– el sello independiente que cobijaría algunas de las más grandes obras y artistas del género en la Argentina, y entre ellos llega “Caliente”, el álbum debut de Vox Dei que se graba en los estudios TNT de la calle Moreno. ¿Algún recuerdo, anécdota que puedas contarnos? Las sensaciones de estar grabando un primer álbum ¿fueron en el caso de Uds tan emocionante como uno se imagina que puede ser algo así?

Sí, fue muy emocionante, por supuesto. Vamos a hablar del primer TNT. Pasaron muchas cosas. Nosotros éramos muy nuevos y lo primero que nos pasó es que nos empezó a verduguear el sonidista: “no, eso está desafinado, está desafinado” nos decía. Nosotros escuchábamos que estaba afinado (risas), pero como el tipo sabía que éramos nuevos nos molestaba. Creo que en la primera sesión no pudimos grabar nada porque el tipo insistía que estábamos desafinados. Y en la segunda me acuerdo que desapareció una de las guitarras de Godoy (Juan Carlos). El estudio tenía planta baja y primer piso nomás. Y no habíamos visto entrar a nadie. La buscamos por todos lados y la guitarra jamás apareció.

¿Ésto ocurrió para grabar “Azúcar Amarga”? O sea, el primer single.

“Azúcar Amarga” y “Quiero Ser”, un tema mío y el otro de Ricardo (respectivamente). Fue el primer simple. Por supuesto que me volví loco cuando Mangini, uno de los locutores conocidos de una radio que ahora no recuerdo…dijo en una revista, no se si era la Pelo… o Pinap… él dijo, apenas había salido el simple, que Vox Dei era la música suburbana que avisoraba para el futuro. Le gustaban las letras… pero sí, tuvimos un comienzo bastante duro (risas) porque estábamos recontra asustados, pero al mismo tiempo una alegría enorme estar grabando nuestro primer disco. La cosa con Mandioca vino porque nosotros habíamos visto muchos representantes y ese tipo de cosas. Cantábamos en inglés y nos movíamos con un disquito que habíamos grabado, un acetato, que tenía versiones de “Cuando Un Hombre Ama A Una Mujer” y “Gimme Some Lovin’ “del Spencer Davis Group ynos decían “no, esto no va a andar”. Finalmente, un chico que también se dedicaba a cantar y que yo conocía de antes y me encontré de nuevo de casualidad, me dice “no me digas que te dedicás a la música, yo me dedico a cantar”. Viene y me regala una tarjeta. El padre tenía una casa de artículos del hogar y yo le había comprado una máquina de coser ahí a mi vieja. Bueno, me dice, tomá esta tarjeta. Y con ella me contacto con la persona que me contacta a su vez con Mandioca. Ahí nos dice que el disquito estaba muy bien grabado, que tenia fuerza pero que nos fijáramos qué era lo que se hacía en esos momentos. Y nos pone un vinilo y aparece cantando Javier Martínez (Manal) ¡y no lo podíamos creer! (Canta “Jugo de Tomate”, imitando a Javier) “No hay que tener un auto…” (risas). Ahí nos dimos cuenta con Ricardo que sí, que se podía cantar en castellano. Viste que el sonido del inglés es mucho más gutural que el nuestro, el español es mucho más suave.

Es más fácil de musicalizar el inglés…

Es más facil de musicalizar y para rimar, para hacer poesía. Hasta entonces nos costaba encontrarle la vuelta y él nos mostró que se podía. Y entonces fue como “Bitter Sugar” se convirtió en “Azúcar Amarga”. Y “Caliente” (álbum debut) lo grabamos en el TNT de Moreno. Ya éramos muy amigos de Tim Croatto (su creador). Bueno, había hecho mucho dinero con su música y se había dado el gusto de poner un estudio de grabación bastante avanzado para la época y teníamos prácticamente las mismas máquinas con las que habían grabado Los Beatles. O sea, era en cuatro canales. Y Caliente quedó muy bien con la particularidad que un día nosotros grabamos “Total Qué”, y el que escucha la primera versión del tema escucha una armónica que hace “Whoaaaaaaa……” y nosotros no sabíamos de dónde había salido eso. Y lo grabó el técnico de grabación, Osvaldo Casajuz. Nosotros dejamos el estudio y cuando volvemos al otro día este loco nos dice “escuchen”. Nosotros no lo podíamos creer: “lo hice con una armónica”. Buenísimo quedó, tal es así que lo usaron para una publicidad de Sony que mostraba a una persona en una moto que tenía parlantes y venía escuchando ese tema. Estaba bárbaro. Ahí se grabó “Canción Para Una Mujer Que No Está”. SADAIC nos hacía cambiar los nombres. No se si sabés esto pero en aquella época había que poner tres opciones de nombre por las dudas ya hubiera una canción registrada con el que querías ponerle. Hoy en día podés poner cualquier cosa, es más, vos fijate que no le dejaron a Ricardo poner “Presente”. Tuvo que poner “El Momento en Que Estás” y entre paréntesis después, Presente.

Como un subtítulo.

Claro, un subtítulo. Y yo quise poner “Total Qué” y me dijeron “¡No!” Así que le tuve que agregar “(A Nadie Le Interesa Si Quedás Atrás)”. Poníamos nombre largos para que no nos pudieran bochar. Había que utilizar todo tipo de artilugios para poder quedarnos con nuestras ideas. Estaba “Cuero”, “Azúcar Amargo”, “Compulsión”… porque resulta que yo trabajaba en Otis, que era una empresa que hacía ascensores, que la letra dice de” trabajo sin sentido”… bueno. Fue en ese momento en que yo terminé de trabajar en Otis… en realidad yo toda mi vida trabajé. Desde los 12 años ya que mis padres estaban separados, yo tuve que trabajar siempre. Y bueno, ahí es cuando hicimos ese álbum. Y después de ese álbum…

Álbum que la verdad todavía suena potente, eh…

Seee, para ser que estaba grabado en cuatro canales, se hizo demasiado. Hoy en día con 36 canales, 80 canales que se yo, podés hacer lo que quieras. Recuerdo que cuando grabamos la versión, la tercera o la cuarta de La Biblia, que hicimos en el estudio de Lerner, El Pie, había una versión que tenía 52 canales, una locura.

¿Y qué versión preferís de La Biblia? ¿La Original o las subsiguientes?

Qué se yo, a mí me gustan todas. ¿Porqué? Porque cada una tiene una cosa especial. Por empezar, el sonido de la primera tiene el sonido del bajo, ese bajo “tortero” si se me permite la expresión, que no tenía marca, era uno que tenía Ricardo Soulé y, si te interesa, esta es una anécdota importante para el libro. Cuando empezamos a ensayar se nos ocurre algo. Ricardo venía de los Rollling, (canta) “Walking the Dog, yehhh …”, y yo venía de los Beatles, “She´s A Woman”, que se yo, todos los temas de los Beatles. Y en un momento dado, djiimos “¿porqué no hacemos temas nuestros?”. Aunque fueran en inglés. El papá de Ricardo era profesor de inglés en el Nacional de Quilmes, así que más o menos nos las rebuscábamos. Y en un momento yo le paso un tema mío que era “Bitter Sugar” (Azúcar Amarga) y él me dice “yo también tengo otro”. Bueno, le digo, pasámelo. Y empieza a tocar un acorde, un Re aumentado, disminuído-aumentado-disminuído y yo no lo tenía. Y nos pasó lo mismo que a Los Beatles cuando fueron a otro pueblo a buscar el dominante que les enseñó un amigo. Era un acorde que ellos no conocían y suponete que tenés el Mi y el Re, o mejor dicho, vos tocás el Mi, el cuarto grado es La, volvés al Mi y ¿despúés cómo resolvés? Y fue un amigo que les enseñó el Sí 7ma que es el dominante. Y ahí empezaron a resolver un montón de cosas los animales estos.

De otro planeta…

Sí, por eso, yo aprendí de ellos a ser diverso. A los Rolling Stones yo los respeto, son una súper banda, grosa, pero al cuarto, quinto tema ya sé lo que están tocando. En cambio los otros…

Bueno, el mismo Keith Richards lo dijo: “The Beatles nos patearon el culo siempre.”

Ah bueno, ¿viste?, Grande Keith. Yo con los Beatles aprendí a ser diverso. Y Vox Dei tiene eso: podemos tocar blues, podemos tocar country, podemos tocar heavy. O sea, entre “Canción Para Una Mujer” que es una canción, a “Ahora Es El Preciso Instante” que es country, o “Juntando Semillas En El Suelo” que es un rock, o “Jeremías, Pies de Plomo”, ahí tenés muchas cosas distintas.

Variedad. Bueno, los discos de los Beatles eran todos así.

Claro, por eso yo aprendí con ellos. Y aparte no trabajar solamente con una armonía, los mismos acordes. Al principio uno toca los que conoce, el La, el Mi, el Re. Punto, olvidate… ¿Adónde nos fuimos, dónde estaba?, me perdí (risas)…

Hablabas del dominante, del bajo…

Sí, bueno. Cuestión que Ricardo me empezó a pasar y le digo “no me sale” y agarra la guitarra y yo me quedé con el bajo, así (se pone como apoyándose en el bajo) y Rubén (Basoalto, batería) empezó a tocar, Godoy empezó a tocar y yo me dije “¿y ahora qué hago con el bajo?”. Me lo colgué y nunca más me lo saqué. Fue algo tácito. No fue decir “che, ¿cambiamos”? Nada, quedó así forever (sic). Gracias a Dios que sucedió eso porque es el instrumento que más amo, el bajo.

O sea que no te “obligaron” como a McCartney, que cuando se fue Stuart Sutcliffe le dijeron “ahora hacete cargo del bajo”.

Y en buena hora que se hizo cargo, la pucha…

Ese tipo sí que es una cosa increíble.

Es increíble, aparte las melodías. Las que hace McCartney me hacen acordar a Stevie Wonder, que es Mister Melodía para mí, ¿no? Un groso.

Cuando McCartney pela el bajo me parece que está haciendo un dibujo

¡Está dibujando! Por eso me gusta, porque el bajo tiene doble tarea. Y encima si cantás ¡triple tarea! El bajo tiene que trabajar con la batería en el ritmo, pero también es el que encadena la armonía. Todos los cambios de un acorde a otro… el bajo te va llevando y te lo deja servido en bandeja. A veces los verdugueo a los violeros: “mirá, mientras vos tengas una buena base de bajo y batería tocá lo que quieras” (sonríe). Lucite.

Lucite, sos la cara bonita.

Lucite, aunque seas feo, tocá lo que quieras (risas)

Retomando, entonces de Caliente pasamos a La Biblia. Ustedes no perdían el tiempo y en esos estudios TNT también grabaron su segundo LP, encima doble: La Biblia, una de las mayores obras de todos los tiempos de la música latinoamericana, que creo excedió totalmente los límites del rock and roll, al menos por acá. Del verdugueo en la primer sesión pasaron a un hito total ¿No se les fue la mano para tan rápido quedar en la historia (risas)?

Mundial, La Biblia fue un hito mundial. Porque no hay otra obra igual. Porque están los Gospels que involucran a Los Diez Mandamientos, o Jesucristo Superstar como obra…

Como obra teatral…

Claro, después está Tommy (el álbum doble de The Who), pero que habla de otras cuestiones. Pero todo esto es increíble y surge del disco debut. “Caliente” había salido hacía un mes y nos invitan a tocar como banda desconocida todavía en el Luna Park. Y allí estaban Los Gatos, Almendra y Manal. Y después estábamos nosotros y no se si Pappo…

Casi nada.

Casi nada. Y nosotros, súper desconocidos. Yo creo que está bueno que cuente estas cosas, esto que está detrás, los entretelones.

Está buenísimo, ¡dale nomás!

Por ejemplo, íbamos a tocar e imaginate, era el primer álbum, apenas un mes de salido y no teníamos una moneda partida por el medio. Y yo estaba con una camisita, así, con un pantalón y atrás del telón del Luna Park se me acerca Alfredo Toth que en esos momentos era el bajista de Los Gatos. Y me dice “¿Qué hacés, todo bien, estás nervioso?” “Y, bastante” le digo. El Luna estaba lleno, que se yo, 6.000, 8.000 personas. “Toco ahora”. Y me dice “¿Te vas a cambiar?” “No, qué me voy a cambiar si es lo único que tengo… “. “Tomá”, me dice. Y me dio su campera Lee. Ahí me demostró lo que es un buen colega, un buen compañero. Todavía soy muy amigo de Toth. Y yo aprendí a ser también así. Colaborar con mis colegas. Con Ricardo Iorio por ejemplo. Cuando ya éramos conocidos y tocábamos un día con V8, no le andaba el equipo y le dije: “usá el mío”. Yo tenía un equipo tremendo. “¿Cómo te vas a quedar sin tocar?”. A partir de ahí también quedamos amigos. Y bueno, salimos a tocar con “Total Qué” ¡y fue una explosión! Se paraban en las plateas, revoleaban los pulóveres y nosotros mirábamos pensando que había llegado algún famoso (risas). Litto Nebbia, alguno de los Manal, y no, ¡era por nosotros! Tocamos tres temas que era lo pactado para las bandas invitadas. Y el locutor dice “prendan las luces para que Vox Dei vea a su gente. ¿Les pedimos un tema más?” El público dijo que sí y tocamos “Presente”. Y ahí se pudrió todo. La gente aullaba (risas). Imaginate, eran tres voces, ninguna banda acá cantaba a tres voces.

Otra cosa bien beatle.

Claro, pero aparte hacíamos arreglos, algo que yo aprendí en el folklore. Y bueno, como consecuencia de ese acierto, vino lo otro. Para no dormirnos en los laureles empezamos a pensar qué hacer. Pensamos, pensamos, y un día, viajando con Ricardo en el colectivo, él me dice: “Ya sé lo que podemos hacer.” “¿Qué es?” le digo. “No, pero es muy loco” me dice. Le insistí y me dice “Bueno, escuchá: se me ocurrió que podemos cantar La Biblia.” Y le dije que me parecía muy groso y que sabía lo que iba a pasar: que iba a ser una revolución. Gobierno militar, la Iglesia opinaba muy fuerte. Y fue efectivamente lo que pasó: se armó una cosa como de fractura, los que amaban el primer álbum y que daban por descontado que iba a ser buena la obra y estaban los que decían “¡¿Cómo se atreven?! Estos pelilargos, con las camisetas desteñidas, meterse con algo tan importante como La Biblia.” Tal es así que todavía no había salido el disco, nadie había escuchado nada y nos llaman de uno de estos colegios privados religiosos y nos empezaron a hacer preguntas casi mirándonos con lupa y al final de la charla nos sacamos fotos, todos sonriendo y después de unos días aparece una revista que mostraba la foto y un texto que decía “Los muchachos de Vox Dei muy sonrientes mientras nos muestran su próximo engendro”. Eso me demostró lo que es el prejuicio. Prejuicio que puede causar un perjuicio para que los que pensaban como ellos pudieran decir “nah, ésto no lo vamos a escuchar”. Capaz que después tuvieron que retitular porque cuando salió la obra fue algo colosal. Se presentó en el Teatro Presidente Alvear en lunes consecutivos –nos dieron los lunes porque no había ninguna actividad en el teatro– y hubo que parar la calle Corrientes porque la gente no solo esperaba en la vereda sino también en la calle y había peligro con el tráfico.

Bueno, vos sabes que me había anotado algo que tiene que ver con esto que estás contando. Te estaba por preguntar si fue complicado pasar por el ok de la Iglesia y Gobierno en aquellos tiempos y casi que ya me lo respondiste. Me había anotado que: el disco, además de ser compuesto durante la dictadura militar, despertó inquietud en la Iglesia Católica que sutilmente consiguió que el sello Mandioca se comprometiera a entregarle la letra para su control para poder dar (o no) el visto bueno antes de ser publicada. Y que la decisión estaría a cargo de Monseñor Emilio Teodoro Graselli ​ –secretario del Arzobispo de Buenos Aires- Cardenal Antonio Caggiano, y que la autorizaron incluso con elogios hacia la banda diciendo: “A mí me hubiera costado tres horas explicar qué es Dios y ustedes apenas con un silogismo lo consiguieron.”

Bueno, eso se lo dijo a Soulé, porque las letras son de Ricardo pero lo hizo extensivo a todos. Recuerdo las palabras, pero aparte nosotros fuimos a la Curia -que creo que estaba en Suipacha y Santa Fé- con nuestra forma de vestir de esos momentos, con las barbas así de largas, pantalón dentro de las botas, camisas desteñidas y nos atendió medio condescendientemente. Porque se anunció que el disco iba a salir y pidieron las letras. Y por decirlo de una manera, cuando las vió se le cayeron las medias. Le cambió la cara de tal forma cuando las leyó. Cuando leyó el Génesis y vio (recita) “Cuando todo era nada, era nada el principio, Él era el Principio, y de la noche hizo luz”, nos dice “a mí que soy un hombre de la Iglesia me hubiera costado explicar el Génesis y ustedes lo hacen con tan pocas palabras.” Siguió leyendo los Libros Sapienciales y demás, y nos pidió una semana para contestar. Y vino la felicitación. Nosotros no habíamos tenido dudas porque sabíamos el espíritu que tenía la obra, no había nada digno de censura.

Al contrario, no era una herejía

Al contrario. Incluso nos dieron un papel que le decía a la juventud que escucharan La Biblia de Vox Dei que los iba a acercar. El papel salió en la primera tirada y después nunca más. Quedaron contentos y después se dieron cuenta que era una obra monumental.

Vos sabés que yo hice toda la secundaria en colegios religiosos y la frase “Sé que en algún lugar, alguien me espera hoy”, delos Libros Sapienciales, era uno de esos momentos que recuerdo de mis inicios en la escuela secundaria (colegio de monjas). No soy un tipo religioso, pero uno de los pocos momentos que tenían que ver con catequesis y que me llegaban, era cuando cantaban esa parte en la clase. Mirá si será universal, simple pero tan bien expresado, que alcanzaba a religiosos y no tanto.

Lo profundo no está en lo complejo sino en lo simple. En lo directo. Y eso, a través del tiempo, a mí me ha llevado a una conclusión que digo siempre en los reportajes, que cuando me dicen que es una obra religiosa, yo digo que pienso que ha trascendido el orden de lo religioso. Es humanístico, universal, para toda la gente. Sea de la religión que sea.

Recién me hablabas de la presentaron en el Teatro Presidente Alvear durante julio de 1972 (los días 3-10-17-24 y 31). Te iba a preguntar por la reacción de la gente, pero ya me lo dijiste…

No, pero es que fue tremendo. Había monjas, curas, chicos de colegios religiosos con sus uniformes…

No era el público que esperaban, ¿o sí? ¿Y los pelilargos como ustedes también estaban? (risas)

No, bah sí. Y los pelilargos estaban también. Había capelinas, trajes largos, pantalones chupines, era una cosa de locos…

O sea que el mensaje había llegado. ¿No habrá alguna filmación de ese mix de público? (risas)

Había llegado, había llegado. Y no, no hay filmaciones. En breve sacamos el nuevo DVD que grabamos el año pasado (2016) en el Teatro Gran Rex y lo grabé con seis cámaras, multi track de sonido, y ahora también te lo graban en un celular, pero aquello solo quedó en la mente de todos.

Durante esos shows, Ignacio Smilari reemplazó al guitarrista rítmico y uno de sus fundadores Juan Carlos Godoy. Tras esa gira presentación, Vox Dei definiría su clásica continuidad como un trío conformado por Willy Quiroga, Ricardo Soulé y Rubén Basoalto. ¿La gente reaccionó como esperaban? La llevaron bastante bien como trío…

Sí, la llevamos bastante bien (risas). Y vos sabés que la primera presentación fuera de Buenos Aires Ciudad fue en el Teatro… (piensa) Don Bosco de San Isidro. Todavía hay gente que me recuerda ese show en el que ya estábamos como trío. Después por el Interior del país fuimos a Tucumán, con Almendra, para dar dos funciones para 3.500 personas cada una y me quedó grabado el ingreso a las corridas de la gente, casi desesperada para llegar cerca del escenario. Las plateas eran esas sillas de metal que se llevan de un lado a otro (plegables). Todavía recuerdo el estruendo de las sillas y los gritos dela gente en ese ingreso. Y recuerdo que, tras la segunda función, fuimos a un barcito y allí estaba un señor que había estudiado en Salamanca y que se llamaba Gaspar Risco –sino me falla la memoria– y que era teólogo. Y nos dice “a ver, la obra es maravillosa, pero ¿porqué se les ocurrió hacer semejante cosa?”. Y cada uno le dio su versión. Y nos dice “esto afirma algo que aprendí en teología, y es que el espíritu sopla donde quiere”. O sea, el preguntarte porqué una idea sencilla “no se me ocurrió a mí”, y la respuesta es porque no, porque quizás vos no fueras el vehículo idóneo para transmitirla. Y bueno, La Biblia se nos ocurrió a nosotros porque el espíritu sopla donde quiere. (Piensa) La verdad es que yo conocí a mis compañeros de Vox Dei a los 27 años (soy de 1940), les llevaba casi diez años. Y cuando los encontré me dije “esta es la banda que estuve buscando toda mi vida”. El nombre lo saqué de “Vox pópuli, vox dei”. Al único que le gustó de entrada fue a Basoalto que, dicho sea de paso, siempre estuvo conmigo.

Sigamos con la parte de la obra en estudios y después pasamos al vivo, que allí también fueron parte notable de eventos cumbres: algo de esto también le pregunté a Black Amaya acerca de los estudios Phonalex en la calle Dragones (barrio de Belgrano) y es que, si bien allí hoy por hoy hay torres de departamentos, al llegar me pasó algo loco –y a mi hijo lo mismo-: sentimos una rara emoción. Creer o reventar. Sentimos que ahí había habido algo. Ustedes grabaron allí su tercer y cuarto discos: Jeremías Pies de Plomo y Cuero Caliente. ¿Recordás el lugar? ¿Anécdotas?

Había gente de muy buena onda, mucho respeto. Grabábamos de noche y generalmente aparecían pizzas. Porque parece mentira ya que, si bien el estudio está acústicamente preparado, durante el día siempre aparecía algún ruido, te llegan las vibraciones de todo el despelote que hay afuera. Y de noche, solo están los grillos (risas). La pasamos muy bien en Phonalex. Quedan las vibraciones.

Después grabaron Vox Dei Es Una Nube, No Hay Duda (1973), Vox Dei Para Vox Dei (1974) Estamos En La Pecera (1975) –siendo éste el primero sin Ricardo Soulé entre los miembros del grupo– y Ciegos de Siglos (1976) en los CBS Columbia. ¿Fueron todos en el mismo estudio de la calle Paraguay o CBS les brindaba otra locación?

En la calle Paraguay. Y ahí ya había más canales, otro sonido. Con respecto a eso te cuento que hay cosas muy locas. Cuando grabamos Ciegos de Siglos…

En el que ya no estaba Ricardo

No, ya no estaba Ricardo. Con Raúl Fernández y Enrique “Avellaneda” (Díaz). En ese hay un tema que compuso Rubén Basoalto, “Extraña Visita». Él decía que lo que relata en la canción pasó de verdad. Una noche, una madrugada, volviendo a su casa acá en Quilmes, vio una bola de fuego que pasaba, no que caía, que pasaba perpendicular a la Tierra. Y él se asustó y se metió en la casa y buscaba testigos de lo que había pasado (risas). Y no encontró a nadie. Bueno, grabó ese tema, que dice “algo infernal, un rayo del infinito que me alumbró”. Y si vos escuchás ese tema, hay unos grillos, un perro ladrando, bueno, esos ruidos los hacía yo. El perro lo hice debajo de un piano. Hay un tren hecho con una guitarra. Son cosas que se aprenden.

Y, ya no eran los que podían ser verdugueados como en la época de Azúcar Amarga…

¡Nooo, uno ya había aprendido…!

¿Y la foto de tapa para Vox Dei Para Vox Dei se tomó en el escenario del Gran Rex, correcto?

Sí, señor, y la contratapa, las butacas donde nos sentamos también es el Gran Rex. Por eso el nombre, estamos nosotros observándonos a nosotros.

Tengo Razones Para Seguir (1988) lo graban en Panda y lo presentan en el Teatro Ópera cuando regresan tras 10 años de ausencia discográfica (Nota: Gata de Noche –último LP de estudios– había sido editado en 1978).

Sí, nunca dejamos de trabajar; pero sí, claro, se había ido Ricardo. Se nos hizo difícil. Porque la gente la hace muy fácil, la acomodan y le ponen títulos… decían “Vox Dei Se disolvió”. No, nosotros estamos acá, seguimos laburando.

Pero los lanzamientos discográficos se espaciaron…

Sí, casualmente por eso. Se nos hizo difícil como se le hizo difícil a Pappo cuando quiso grabar el último, creo que era “Buscando Un Amor” (2003) que le pidieron un demo para grabárselo…

¿Un demo? ¿A Pappo?

Y a nosotros también, nos pedían demos. Y en ese entonces ya teníamos diez, doce álbumes.

Una cosa de locos.

Entonces, Corcho Rodríguez le dijo, “dejá, yo te lo voy a grabar”. Y lo grabó. Y después cuando volvió Ricardo (aflauta la voz, irónico) “¡Ay, volvió Soulé, se reunió Vox Dei!”. ¿Adónde se reunió si nunca dejamos de trabajar? Por eso yo compuse el tema “Tengo Razones Para Seguir” y así le pusimos de título al álbum.

Pasemos a la parte de festivales, aquellos iniciáticos y grosos. Pero primero hablemos de lo que hoy es futuro para nosotros –pero pasado inmediato para el lector–. El 23 de diciembre de 2017 está confirmado Vox Dei para los shows del Ciclo Héroes del Rock Nacional en el Teatro Gran Rivadavia, ¿correcto? (la entrevista fue realizada el 1er día de ese mes)

Sí, señor.

Tengo entendido que también va a participar –si bien el día anterior–Ricardo Soulé. ¿Sigue enojado? (Por la disputa por el uso del nombre Vox Dei).

No sé si sigue enojado.Yo hace mucho que no hablo con él. Pero yo pienso que está equivocado. Y la gente le demostró que está equivocado. Los medios, (las opiniones en) Facebook… yo pienso que el 80, 85% lo defenestraba. Decían “¿A esta altura del partido? Es una cosa de locos, el nombre se lo puso Willy”. Él sabe que el nombre se lo puse yo, que lo saqué de un libro en el año 69, ¿y él lo registra en el 2005? Y un día me llega una carta documento y bueno, ahí entramos en conciliación. Yo continué siendo Vox Dei, primero por lo que te comenté recién: que yo había conseguido la banda que quería conseguir, y segundo que yo le puse el nombre. Tercero que yo, siendo Vox Dei, no podía decir “bueno, se fue Ricardo, yo voy a seguir tocando sólo mis temas”. No. Yo continué tocando los temas de él, porque yo podía cantar “Canción Para Una Mujer Que No Está” o “Ritmo Y Blues Con Armónicas” que es de él; lo que le aclaraba a la gente es que “vamos a hacer Ritmo Y Blues, sólo que esta vez sin armónica”. Y se lo dije en la conciliación. “Mirá, yo estoy tocando los temas tuyos y te estoy dando dinero por parte de SADAIC: yo no miento”. Cuando hago la planilla para SADAIC pongo los temas suyos también. Por respeto al nombre y por respeto a la gente que nos puso donde estamos.

Imagino que incluso por respeto a la propia amistad que alguna vez pudieron haber tenido.

Por eso digo, es increíble, pero él siempre fue una persona muy especial. Como me contó B.B. King que le dijo la madre: “sé bueno con la gente, que la gente será buena contigo. La gente paga mi salario.” Y yo soy respetuoso con la gente que me puso donde estoy. Yo le traté de explicar eso y finalmente llegamos a un acuerdo judicial. Él puede usar el nombre Ricardo Soulé Vox Dei –que no sé porqué razón no lo usay yo puedo usar Willy Quiroga Vox Dei.

O sea que podría haber dos Vox Dei si quisieran. No te jodería

Sí, bueeee, no hay dos Pink Floyd pero hay un Waters y –mirando la remera que llevaba yo puesta– un Gilmour.

Como hay dos Yes. El Yes de Steve Howe –Steve no es un miembro original, llegó para el tercer álbum de la banda– y Yes Featuring Jon Anderson, Rick Wakeman & Trevor Rabin. Ellos lo hacen por su lado. Jon es el único original que queda en ambos lados ya que Chris Squire no está más…

¡Qué bajista!

Squire, tremendo. Se me pone la piel de gallina.

Sólo él hacía sonar el Rickenbacker así.

Al final no te pregunté de los festivales y para ir terminando y liberarte…

Todo bien, la charla está buenísima. Me trae tantos recuerdos…

Me encanta que así sea. Esto se hace por pura pasión.

Y todavía no hablamos de algunos lugares, como el (Cine Teatro) Pueyrredón de Flores (Av. Rivadavia al 6800), a media cuadra de la plaza, ahí nos pasó una cosa muy loca. Estábamos tocando La Biblia –recordá que gobernaban los militares– y entra la Policía a los gritos “¡Paren la música, carajo!”. Así, mal. Y viste que si te gusta el show te levantás, y le gritaban a la gente “¡Siéntense!”, parecía la época de Hitler. Y Ricardo les dice “¡La Biblia también fue escrita para ustedes!”. No sabés, ¡nos querían matar! (risas). Nos querían llevar a todos en cana.No sé qué les habrá dicho el manager para que no lo hicieran. Ahí tocaron todos. Y nosotros, dos o tres veces… qué se yo qué habrá ahora.

La última pregunta era esa, preguntarte qué lugar recomendarías a un turista para visitar por su poder histórico.

Y no nos olvidemos del velódromo, los B.A.Rock…

De eso te quería preguntar específicamente, los B.A.Rock.

Me dijeron que el velódromo está destruído.

Sí, pero ya lo están remodelando.

Ahí fue el primero.

El segundo también en el Velódromo y luego en el predio Malvinas, y ustedes tocaron en ambos sitios.

Me acuerdo que en el primero tocamos el Génesis, el año anterior a que saliera La Biblia y lo tocamos solo con la base ya que no tenía todavía las letras. Y fue un momento mágico porque me acuerdo que justo se estaba poniendo el sol detrás de las gradas cuando lo tocamos. También me acuerdo de un chico al que corrieron y lo tiraron de latribuna. Esas cosas no me las olvido más. Y después en el de Islas Malvinas, me acuerdo que tenía una gorra de capitán, o de marinero, al que le había puesto un pin onda naútica norteamericana que había encontrado en una calle de Nueva York y se lo puse a la gorra. Y me jodían para se que lo tire a la gente y cuando lo hago me avivo con la gorra en el aire. Nooo, se agarraron a los golpes para agarrarla. No pensé que se iban a pelear así. Y también está la filmación que se ve en “Hasta Que Se Ponga El Sol”, que tiene (risas) una perlita… Es en la parte en que estamos cantando, creo que “Presente”. Tres meses después de la filmación nos llaman de Argentina Sono Film porque unas tomas habían salido mal. Bueno, yo me había afeitado la barba y Ricardo había tocado con una Gibson Les Paul y no sé si después se rompió o no sé qué pasó, y se compró una Fender Stratocaster. En fin, la gente no se da cuenta pero me hicieron una barba en el estudio –demasiado grande–. A Ricardo también, y si ves la película aparece el mástil de una Gibson y en la otra toma, una Fender.

La editaron y les mezclaron las tomas. Parece Plan 9 Del Espacio Sideral de Ed Wood

(Risas)Los cohetes iban para un lado y el fuego salía para el otro…

Tal cual. Ustedes participaron de la peli Buenos Aires Beat, también…

No me acuerdo nada de eso.

¿Y del festival Pinap? Lo organizaba la revista del mismo nombre.

Sí, del Pinap. Bueno, la revista después se fue transformando en otra cosa, otro terreno, y ahí apareció Daniel Ripoll que organizó los B.A.Rock. Que fueron una locura, pero les salió bien.

¿Lo vivías como un Woodstock todo eso?

Sí, para nosotros lo era. Y para la gente. Cuando veo Hasta Que Se Ponga El Sol veo toda la gente ahí sentada en el pasto y lo que sentían. No llegó a la locura de Woodstock de bañarse en el barro o de aparecer desnudos, pero porque acá no se podía, ibas en cana seguro. Y yo también tengo ganas de escribir un libro, con mis historias, mis letras… Con dibujos.

¡Hay que hacerlo!

Tengo ganas.

 

Entrevista completa a Richard Coleman: ¡ROCK IS HERE BUENOS AIRES!

Richard Coleman: entrevista realizada el 15 de noviembre de 2017 – Ciudad Autónoma De Buenos Aires

Richard Coleman nació en la Capital Federal el 1° de abril de 1963. Es, desde los inicios de la década de 1980, un referente total gracias a su filosa guitarra y sus canciones para bandas notables como Fricción y Los 7 Delfines. Richard no solo es reconocido por sus bandas del pasado o por su participación crucial en el inicio de la historia de una banda llamada Soda Stereo, sino que además disfruta –y nos hace disfrutar– de una vigorosa y muy actual carrera solista.

Buenos Aires te vio nacer y la primera pregunta que me surge debido fundamentalmente al tema que nos ocupa es cómo te marcó musicalmente la ciudad–si bien de chico viviste en Venezuela varios años-. Porque vos tuviste un sacudón musical cuando viajaste a Europa por primera vez, pero en cuanto a nuestro Buenos Aires Querido… ¿Te marcó la gente, la movida musical de tus comienzos, el tango, el fútbol, el barrio, todo? ¿Cómo creés que afectó la ciudad a tu manera de encarar la música?

Claro, sí. Mirá, es raro cómo te influye la ciudad, porque la ciudad lo primero que hace es envolverte. El contexto urbano te lleva a un lugar sonoro más allá de la raíz musical-cultural de una ciudad, porque sino estaría muy influído por el tango y eso no ha sucedido, al contrario. Y en mi niñez alterné bastante entre lo que era la vida en la ciudad y mis vacaciones en el campo o a una ciudad mucho más pequeña en la provincia de Córdoba. Para decirlo de una manera, era una vida más de campo. Entonces aflojaba la presión urbana. De cualquier manera, la forma de llegar a mí la música, de sentir su influencia, es por lo que se escuchaba en mi casa. Porque en mi casa había tocadiscos y era una máquina muy interesante, me gustaba el objeto al cual había que ponerle otro objeto, o sea, los discos. Ahí empieza la secuencia o en qué momento podía yo tener mis propios discos para poner en esa máquina, digamos. Los discos de mis viejos no los podía tocar, tenía que pedir permiso…

¿Qué escuchaban ellos?

Y, mis viejos escuchaban mucho Matt Monro, Nat King Cole, un poco de Ray Conniff, esa música americana de los años ’60, agradable… no se escuchaba ni tango, ni folklore… mi viejo era un consumidor de música más bien anglo, ¿viste? Eso fue la primera música a la que accedí a través de ese tocadiscos.

Hasta que llegaron tus discos…

Hasta que llegaron mis discos, sí. Y llegaron por un tema de colección, los discos que podía conseguirme yo, y los más baratos, con la platita que me daban mis viejos (risas).

¿Cuál fue el primero que te compraste, te acordás?

Lo primero, cuando empecé a coleccionar discos fueron The Beatles y The Carpenters.

Mucha melodía…

Mucha. Y ya después en la secundaria, con el proceso de la presión de integrarse, me llevó directo al Rock. Con variantes que iban desde Deep Purple y el rock un poquito más pesado. De ahí me podía apartar del grupo de pibes con los que podía escuchar y lo que podía elegir yo mismo y me volqué más hacia el Rock Sinfónico que devino en todo un caos cuando encontré el primer disco de David Bowie (risas). Eso fue en el año 79, cuando escuché “Heroes”.

En medio de la etapa más experimental de Bowie…

Yo creo que sí. Y yo lo compré porque allí tocaban Robert Fripp que venía de King Crimson –que era lo que a mí me gustaba– y Brian Eno, que también me interesaba. Volviendo, la ciudad influía, o en esos momentos en la Argentina lo que influía era esa carga de identificación cultural que uno tiene en la adolescencia, buscar estar en un grupo que sea distinto, ser diferente, y por ahí lo único que había en 1977 era eso, el Rock y el Fútbol.

Tampoco entonces teníamos muchas libertades…

No había libertades, claro, claro, y yo con el fútbol nunca me llevé bien así que le puse todo al rock. Era todo lo que había entonces para un pibe… Por eso no puedo definir cómo me influenció la ciudad… Yo nunca fui un chico “barrial”, al que el barrio lo influenciara. Mi grupo de amigos estaba en el colegio y no en la calle.

Quizá te marcó más tu primer viaje a Europa, ¿no?

Claro, todo te va marcando. Ese viaje a Europa que hice en 1981 a los 18 años fue inciático, fue una impronta cultural en mí a todo nivel, y ahí entendí el concepto de libertad que nosotros aún no teníamos (Nota: la Argentina vivió una feroz dictadura militar entre 1976 y 1983). Y uno no sabe lo que se pierde hasta que lo ve. Te vas a reír, pero mi primer shock fue salir del aeropuerto y ver un cartel de publicidad callejero enorme, una gigantografía del disco de The Police, Ghost In The Machine que acababa de salir. Nunca habia visto un cartel así de Rock, tan lindo, tan grande, tan comercial digamos (risas)… Fue como ver La Piedad de Michelángelo… las dos cosas que me emocionaron en Europa (risas). Eso fue una impresión muy fuerte y ahí me empezó a “pegar” el ambiente. Entonces escuchaba música en la calle, habia mucha más diversidad de gente que acá. Aquí eras rockero o cheto y paremos ahí. No había lugar para gustos, opciones o looks. En definitiva: conocí gente, me recomendaron a The Clash y me pasé el viaje escuchando el cassette de London Calling. Empecé a ir a lugares alternativos. Entonces España estaba en pleno destape, empecé a ver bandas allá así que… fue un viaje de dos meses largos que aproveché muchísimo. Así que cuando volví a Buenos Aires lo hice cargado de una información que no estaba dispuesto a no aprovechar. Así que empecé a vestirme más cómo tenía más ganas, a marcar un cambio, marcar mi personalidad en la calle…. Entonces la ciudad se me puso más arisca, empecé a ir muy seguido preso por mi aspecto, ese tipo de cosas que eran habituales, y eso lo único que hizo fue que cada vez más quisiera diferenciarme del resto. Así la ciudad me fue marcando de esa manera, por contraste.

Observando el contraste, tuviste una opción

¡Claro! Porque después el sonido, cómo evolucionó en los ‘70s, estaba el Rock Nacional “mainstream” que estaba bien, era lo que uno escuchaba y estaba Serú Girán, o escuchabas Spinetta Jade. A mí me gustaba un poco de las dos cosas, pero lo que estaba saliendo muy a prinicipio de los 80 era toda una movida ponele, de canto urbano y que se la llamaba de distintas maneras como para darle un aire distinto al rock; la canción urbana que a mí no me gustaba, no me interesaba nada y que tiene que ver con la tradición del cantautor y le cantaban a cosas que pasaban en la ciudad. Había una banda que se llamaba Canturbe, justamente. Otro músico que se llamaba Lalo de los Santos. Músicos de los que, más allá de evaluar su capacidad artística, yo no me identificaba para nada. Y sí me identificaba lo foráneo.

Bueno, eso fue en el año 1980, 1981 y en el 82 pasó algo terrible, que fue la Guerra de Las Malvinas. En los años 80 se produjo una nueva explosión musical en la escena del Rock de Argentina debido a que por la guerra casi no hubo difusión de música anglosajona durante un período de tiempo que sin duda contribuyó a esa explosión. Sos un claro emblema de la música argentina surgida de esa década y de hecho tu carrera empezó más o menos en ese mismo 1982 por lo que se disparan varias preguntas: ¿desde el punto de vista personal, esa tragedia y el posterior bloqueo de música inglesa te ayudó a abrirte puertas o pensás que tu propia búsqueda te iba a dar éxito por decantación?

Es difícil la reflexión, porque en realidad lo que ayudó más a mi generación a que despegue fue la Democracia y la posibilidad de expresarse. Porque según mi análisis después de haber pensado en el fenómeno y con la ayuda de la perspectiva, creo que lo que sucedió con la prohibición de la música anglo y el auge del Rock Nacional puntualmente en el año 1982 tiene más que ver con una necesidad comercial e industrial que con otra cosa. Fueron varios factores que estuvieron funcionando. De hecho, al prohibirse en los medios la música inglesa, se empieza a pasar más la música nacional pero, ¿y porqué se pasa rock? Porque la estructura de los medios tiene que mantener el espíritu de la juventud.

Lo que consumían los chicos.

Claro, lo que compraban los chicos. Y eran los chicos a los que se estaba mandando al muere. Entonces se los hacía entrar en base a esa movida, a los chicos, pero no había tanto contenido con el cual los jóvenes se podían identificar. Se agotaba, era todo una revisión del rock de los 70 que venía de atrás lo que empezaban a pasar por las radios. Folklore había para tirar para arriba pero cuando se quería pasar música nueva no había tanta. Y la industria empezó a salir a buscar bandas nuevas porque las necesitaban para grabar y porque era el momento para vender. Para llenar los medios, las radios y había que sacar discos de rock para vender. ¿Pero qué pasa? Lo que ya estaba armado y funcionando y que solo necesitaba un golpe de cocción y metérselo a la gente fue la Trova Rosarina. La Generación del 63 de Rosario ya tenía armado un grupo contracultural… que se identificaba con una parte de la juventud, pero había otra parte de la juventud que no…

Baglietto, Páez…

Claro, todo eso estaba bien pero era…

No era lo tuyo.

No era lo mío, no era lo de nadie porque era viejo realmente. Digamos, hablando estética y musicalmente no era nuevo, pero eran jóvenes. Eran jóvenes viejos. Y eso era el boom de la Trova Rosarina. Después, había bandas como Virus y Los Abuelos (De La Nada), que estaban ahí, pero no eran bien recibidas por los jóvenes en los festivales.

Claro, y en realidad Los Abuelos vienen desde los 60, más allá de su reinvención de los 80…

Claro, pero no eran bandas nuevas, eran tipos grandes haciendo otra música. Federico (Moura) era un tipo grande, los Virus ya eran grandes, no eran pendejos haciendo música, hacían una nueva música. Era el caso inverso a la Trova, ¿te das cuenta? Pero cuando sale la industria a buscar grupos nuevos se encuentran con que había una zona de Rock divertido, moderno, que podía ser frívolo y sin compromiso que era lo que necesitaban justamente, ¡porque tampoco podían salir a poner a Los Violadores! (risas) ¡Nooo! Que eso era lo que había…y eso culturalmente estaba funcionando.

Bueno, pero vos sabés que sí, encima yo recuerdo que justo en esa época estaba operado de mi rodilla, con yeso y todo en la cama y te pasaban a cada rato en la radio la canción Era En Abril (Nota: grabada y cantada por Juan Carlos Baglietto) y…

¡… y era para pegarse un tiro! (risas) ¡Pero eso era lo que había! ¿Te das cuenta? ¡Así estábamos!

Un bajón en ese contexto… (Nota: la canción relata el dolor de una pareja por la muerte de su bebé)

(Risas) Pero claro, nos convirtieron para el otro lado… Entonces por eso te digo, con lo de la guerra y relacionado al rock es muy raro lo que pasó, se estimuló a la industria con tener un producto nuevo para vender y en ese punto empieza la nueva del rock cuando empiezan a escarbar y aparece el underground. Escarbaron y bajo tierra encontraron una serie de bandas y el mensaje estaba vilmente metido también porque cuando aparecieron Los Twist, que eran un grupo completamente contracultural, les daban con un palo desde el sistema con todo lo que se podía. Pero… como era “twist”…

Pasaba desapercibido…

Exacto, nunca entendieron nada. Y Soda, ponele, el primer disco de Soda Stereo era bastante frívolo y pelotudo en muchos aspectos pero era parte de la movida de Gustavo (Cerati) porque por un lado aparecía Dietético, que era una canción híper frívola pero que en el final te decía que “el régimen se acabó” y ese es el leitmotiv de la canción. Esa fue una jugada de Gustavo como para marcar una diferencia y que en un contexto completamente frívolo se podía mandar un mensaje y prevenir el futuro sabiendo que se estaba marcando un cambio. Cambio que se fue marcando en el primer lustro de los 80s.

Ahí es cuando apareceés vos con Fricción. Con Fricción debutaron en el Stud Free Pub, ¿correcto? ¿El que estaba frente al túnel de Libertador? Y allí fue la primera vez que cantaste Héroes en vivo, ¿no?

¿Con gente? ¡Si! (risas) Totalmente, fue allí, en el 85.

¿Viste lo que hay ahora donde estaba el Free Pub? Tremendo edificio de departamentos…

Sí, sí, sí… un edificio, totalmente…

En mis recorridas durante la investigación y fotografía para el libro me he encontrado con varios de esos lugares totalmente cambiados

Es que tiran todo…

En esos años 80s Buenos Aires implotó de clubes under que cobijaban a bandas notables. El Stud, Zero Bar, el Café Einstein, Palladium, La Esquina del Sol, por supuesto Cemento… tendrás unos cuantos recuerdos de esa época, esa movida. Anécdotas… ¿qué nos podés contar –de lo apto para todo público– de los recorridos por el circuito under? ¿Qué banda que tocaba en esos escenarios de tres metros por tres metros te partió la cabeza y le auguraste fama total? y ¿qué fue lo más bizarro que presenciaste –sea musical o no–?

Mirá, hay un montón de cositas que suceden además de ver bandas. Hay momentos que son dignos de rescatar y no se porqué se me cruzó recién cuando me dabas las lista de lugares para tocar, la primera vez que fui al Einstein –que fui a ver porque allí todos éramos público y artistas (risas)– porque era lo que había, era nuestro lugar donde estar, donde uno podía ver y ser visto, yo lo digo en una canción: ibas con un equipo de sombras, era la ropa que te ponías. En realidad era pasar desapercibido pero a la vez estar en el lugar donde ver y ser visto. En esos lugares pelabas tu tendencia, tu carácter, tu identificación. Yo tenia una remera muy linda de los Stray Cats, preciosa, con el logo de ellos y las caritas de los gatos (risas)…

y que obviamente habrías traído de afuera…

¡Obviamente, la traje de afuera! Acá no habia nada, yo de Stray Cats tenía un single que era de papel, de esos que venían en revistas…

¡Un flexi disc!

¡Eso, un flexi disc! (risas) Me había comprado muchas de esas revistas en Europa. Y bueno, me encantaban The Stray Cats, me encantaba mi remera y era mi look, ¿no? Y la primera vez que fui al Einstein tocaban Los Twist y estaba acodado en la barra y se me acerca un flaco con un jopo tremendo y me dice “¡¿Te gustan los Stray Cats?!”. Le digo “Sí, ¿vos los conocés?” “Pero claro, yo tengo una banda y hacemos rockabilly”. Y sí, también tocaba posta. Se llamaba Pablo Carmona (bajista de Los Casanovas). Y me estuvo hablando toda la noche de rockabilly, ¡y yo no quería hablar toda la noche de rockabilly! (risas). Pero de alguna manera había establecido un contacto y de eso se trataba lo de la recorrida por los bares. Porque no es que íbamos a un solo bar, sino que íbamos de uno a otro en la misma noche. Estábamos un rato en cada uno. Y así ibas tendiendo la red. El anti Facebook (risas), la red se iba tendiendo a mano. Así nos fuimos conociendo todos. Y había algunos bares que duraban apenas dos semanas y se cerraban. Era increíble, hacían dos shows y se los clausuraban porque no tenían habilitación.

Eso de la vida breve de los locales pasó hasta con La Cueva de Pueyrredón de finales de los 60’s, se la pasaban haciéndoles razzias buscando cosas raras solo porque iba gente de pelo largo y a pesar de su importancia para el Rock, apenas duró un par de años.

Claro, pasaba eso. Pero acá ya estaba como más avanzado, porque esto era digamos, en 1983, ya con la Democracia casi de regreso. Pero lo de las razzias acá pasaba más por narco, digamos que eran los “canas” de civil que se mezclaban con la gente y uno no estaba necesariamente en la “pesada” pero igual tenías que estar prevenido porque si bien estaban disfrazados, los veías. No era que pasaban desapercibidos (risas)

Se lookeaban…

Claro, se lookeaban y te dabas cuenta que era un cana disfrazado. Pero te decía, la primera vez que vi a Los Twist era un evento… era un evento cultural, donde todos estábamos del lado de ellos. Los pibes habían salido con sacos amarillos. El amarillo es el color de la “mala suerte”. Y los tipos habían salido todo de amarillo, a Pipo (Cipollati) le faltaba un diente…

El antihéroe…

El antihéroe total y cantando esas canciones contra todo el régimen, toda la movida ésta. A Sumo lo vi dos veces de esta manera. Una vez en un bar muy chiquitito en la avenida Scalabrini Ortiz. Otra vez en un bar de un primer piso que había en la Avenida Las Heras y que fue uno de los mejores shows de Sumo que vi. Era un Sumo muy primitivo todavía: estaba Stephanie (Nuttal) en la batería, no estaban ni Mollo (Ricardo) ni Arnedo (Diego) y Luca tenía su delay en una silla con una proyección de diapositivas con aceite, era una cosa…

Como en el Ufo de Londres con Floyd (risas)

¡Jajajaj, claro, tal cual!

Luca estaba más allá de todo…

Estaba más allá de todo, sí. Y ver eso era realmente muy bueno porque era contracultural, genial. Y después ibas siguiendo a esas bandas que cada vez iban tocando en lugares más lindos. Los ví en Zero Bar también un par de veces…

Zero, casi frente al Jardín Botánico.

Sí, casi Avenida Las Heras hasta que luego remontaron. Y en el Zero también vi varias bandas que no llegaron a mucho más. Me acuerdo de una que se llamaba Radiocity que hacían un rock moderno, aunque seguía siendo un rock de garage. Rock and Roll con solos de guitarras pero no era new wave.

Rock más bien clásico

Eran más clásicos. Había bandas de chicas también, estaba Diana Nylon que era como nuestra Nina Hagen, ponele. Iba a por todo. Iba vestida provocativamente, puteaba en el escenario, su banda hacía un punk con el que le daban para adelante. Pero eso se iba moviendo, después las bandas llegaban a mainstream y ese under se pierde.

Bueno, pero ya se había puesto la semilla, ¿no? Y hablando de eso, tus inicios destacan por tu participación en Fricción y tu relación con Soda. En algún punto se mezclan y en ambos tuvo mucho que ver Gustavo Cerati, claro. Pero si bien lo habrás contado infinidad de veces, hay mucha gente que todavía no sabe que si hay alguien a quién culpar –o agradecer, mejor dicho– de que fueran ese trío fantástico es a vos, que te negaste a formar parte de Soda-Cuarteto sabiendo que como estaban ya eran una cosa tremenda.

Sí, lo conté muchas veces pero voy a hacer una excepción y te lo voy a contar de una manera más si se quiere, lineal. El tema es así: no es que nos conocíamos todos los que en ese momento estábamos haciendo música, pero había algunos hilos conductores entre varios. Y uno de esos era Daniel Melero. Daniel era un “músico-no músico” que vivía en Flores.

Y que fue uno de los primeros en acercarte a vos y estar en Fricción

Sí, incluso de antes. A Daniel lo conocí en el año 82 cuando yo necesitaba conocer músicos para compartir minutos musicales, o sea, a ese nivel venía la cosa. ¡Yo no tenía con quién escuchar musica, compartir, cambiar discos! Hablar de la música que escuchaba, porque una vez que había terminado el colegio y vuelto de Europa yo tenía la mente en otra cosa. Necesitaba conocer gente nueva y así me conecté con Melero, con quién establecimos una muy buena relación musical y social. Daniel era muy sociable y se le acercaba mucha gente. Él tenía una especie de estudio de grabación modesto pero funcional, y todos los días estaba allí grabando, en su laboratorio, tenía muchos sintetizadores, cosa que no era muy habitual.

Era un extraterrestre para la época aquí…

¡Claro! Era un extraterrestre. Tal cual. Sin él saberlo, ya era un productor y se perfilaba ya entonces para ser uno de los muy buenos. En fin, yo no se cómo llegó a conocer a los chicos de Soda, y en el 82 ésta era una banda que todavía no había salido a tocar en vivo, nunca. Porque justamente eran un trío y lo que buscaban–o mejor dicho, lo que Gustavo decía– era que necesitaba que sonaran más cosas, que le parecía que con el sonido sólo de su guitarra no alcanzaba. No podía abarcar todo…

No alcanzaba para todo lo que tenía en la cabeza…

¡Claro (risas)! ¡Todo eso que tenía en la cabeza! ¡Él tenía otras cosas pero nadie sabía lo que tenía (más risas), lo sabía solo él! Y de alguna manera había armado esta agrupación tan cohesionada, con una base rítimica muy fuerte, que tocaban como si fuera una sola pieza. Y venían probando músicos para ser un cuarteto y salir a tocar en vivo con el nombre de Soda Stereo, que ya lo tenían elegido. Salir a tocar. Y se les venía postergando el asunto porque no encontraban al cuarto intergrante. Y al último que probaron fue a mí. Me llamaron por recomendación de Daniel Melero y de otro guitarrista que había sido profesor mío llamado Eduardo Rogatti, que era un poco más grande pero muy buen guitarrista. Muy moderno él, también. Y él les dijo que todo estaba muy bueno pero que no era para él, pero que tenía un guitarrista que les podía servir y me recomendó a mí. Melero también, y me llamaron. Estuve con ellos ensayando aproximadamente, yo creo que cuatro meses. Bien, eh. Habíamos ensayado un repertorio muy consistente.

Allí en la casa de Charly Alberti en el “Barrio River”

Sí, en la esquina, en Victorino de la Plaza. Pero había algo que no me cerraba, yo sentía que mis canciones las tocaba con ellos, no era que tocábamos los cuatro juntos, y que yo tocaba sus canciones. Con ellos. Era como que yo me agregaba a lo que ya tenían armado. No había un juego realmente abierto; ellos sonaban tan bien juntos tocando y yo estaba como en una quesera, al lado tocando. Ví que eso no evolucionaba, que no se amalgamaba hasta que un día les dije: “mirá, me parece que ustedes ya tienen que salir de trío, suenan muy bien juntos. Son una unidad, yo no siento que me pueda integrar y prefiero decirles esto ahora antes que la cosa se proyecte. Creo que son muy buenos y una vez que empiecen no van a parar.”

Algo muy noble de tu parte, la verdad.

Qué se yo, idealista también. Yo sabía que iba a ser para problemas. Eso seguro.

¿Te arrepentiste alguna vez de haberle dicho que no a Soda?

No. No, no, para nada. Yo hice mi camino, no, no. Hubiera sido,… nos hubiéramos peleado. O hubiera sacrificado algún ideal mío a los 19 años, ¿para qué? ¿Con qué necesidad? Ahí era el momento de seguir con lo de uno. Y a raíz de eso creo que me hice amigo de Gustavo. Porque a partir de ahí empezamos a vernos fuera, a charlar de música, de chicas y así se fortacleció la amistad. Justamente, no me arrepiento. ¿Cómo me voy a arrepentir si justamente a partir de esa decisión se comenzó a forjar nuestra gran amistad?

Gran historia. Avanzamos: para el debut con Los 7 Delfines grabaste un cover incandescente – ¿te suena Incandescente?– (Una referencia a su disco solista de 2013)…

Jejeje, me suena.

… de Post Crucifixion. Todo el catálogo de Pescado Rabioso –los creadores de ese tema– se grabó en los estudios Phonalex de Belgrano. También hay, hoy por hoy, un complejo de edificios, dicho sea de paso. ¿Tenés algún estudio favorito en la Ciudad de Buenos Aires? ¿Tu Phonalex, tu Abbey Road?

Y mirá, lo que pasa es que hay cosas distintas. En ese sentido, mi casa es Estudio El Pie que queda acá a una cuadra (Quesada 5137, Ciudad de Buenos Aires)… Me ha pasado más de una vez de llegar a la puerta y de buscar las llaves para abrir (risas) y me cago de risa cuando entro y le digo al chico que me abre…

¡Me cambiaste la cerradura!

Tal cual, ¡jajajajaja! Pero si yo vi hasta cuando lo construyeron. Cuando me mudé por acá, allí había un pozo de obra y me preguntaba qué iban a construir ahí. ¡No podía creer que me pusieron un estudio de grabación a casi una cuadra de mi casa! ¡Qué grosos, «ojalá pueda grabar una vez allí”! Hace 27 años de esto. El estudio está muy bien equipado y me siento muy cómodo.

Es como el patio trasero de tu casa…

Claro. Es un lugar que si lo necesito sé que lo tengo, lo reservo, tengo la mejor onda. Y después de ese, el “Abbey Road” para mi es Ion Estudios. No sé si en la parte técnica, en la parte de “fierros” se actualizaron, pero la sala de grabación es hermosa, tiene “mojo” como le dicen. Está “invadido” de experiencias de grabación, allí grabaron desde Piazzolla hasta Intoxicados.

Es impresionante el listado de artistas que lo usaron.

Y eso es muy bueno para un estudio y está construído de acuerdo a las normas clásicas de estudios de grabación. Después hay otros muy modernos y en todos tengo alguna anécdota.

Vuelvo a los Los 7 Delfines. L7D tenían por momentos esa cosa Joy Division con tu impronta melódica muy marcada, pero también tu distorsión, y el libro que sigue a este de Buenos Aires en la Colección Rock Is Here es el de Manchester. Cuando conocés Macclesfield –barrio de la perisferia de Manchester y lugar de los Joy y donde vivía y murió Ian Curtis– entendés el porqué de esa música oscura, apabullante, casi opresiva, sobre todo si la pensás en “modo invierno”, lluvia, frío y ese ambiente. Tu tema Musgo Sobre Oro, sobre todo en su inicio, me remite a esa banda. ¿Tu música entonces representaba un estado de ánimo o era una influencia pura que querías desarrollar y gozar a la vez de darle un sonido original? ¿O era pura melancolía porteña? (risas)

Yo creo que como siempre, ha sido por contraste. Porque cuando armamos Los 7 Delfines con Gamexane (Horacio Villafañe) veníamos los dos de lugares distintos. Quiero decir, el venía de Todos Tus Muertos y yo de Fricción, que eran dos bandas como “complementarias”, no hacíamos los dos lo mismo, no teníamos el mismo estilo. Pero sin embargo en algunas influencias sí convergíamos. Pero lo que pasó fundamentalmente cuando gestamos todo el proyecto de L7D, fue que en ese verano de prinicipios de los ‘90s, de alguna manera devino muy fuerte la música electrónica, pero la electrónica que no estaba buena. Porque la electrónica que veníamos escuchando era Violator de Depeche o la Yellow Magic Orchestra, esa estaba buena, pero esa cosa más europea de la electrónica nueva no lo estaba tanto. Y eso de alguna manera decretaba el fin del Rock. Este “final” algo tenía de razón y es que el rock se estaba transformando en algo casi de consumo y de puro entretenimimento por primera vez, a lo que el rockero se tuvo que convencer que eso es así y que no siempre lo suyo es contracultural y una respuesta al entorno, sino que te tenés que acomodar. Dentro del entretenimiento tenes que hacer tu bajadita de línea, ponele. Entonces, “el rock ha muerto” y en la radio se escucha música electrónica, unos raps horrendos, y la lambada…

¡La lambada! ¡Mi mente la había deleteado!

(Risas) ¡La lambada, un infierno! ¿Te das cuenta? Fue como el “Despacito” de este año ¡pero peor! Porque era la primera vez que había algo así. Y estábamos con el “Negro” que nos queríamos pegar un tiro, no habia música, la gente no consumia el rock tampoco. Era el fin de los 80s, y estábamos gestando una cosa nueva. Así que lo que hicimos fue agarrar las guitarras y hacer música de guitarras, vamos a hacer rock de nuevo, y vamos a hacer todo lo que se pueda hacer con las guitarras… Y éramos oscuros, los dos lo éramos, porque era nuestra visión del mundo también. Tenía que ver con el ángulo desde donde veíamos las cosas. Así que sí, yo creo que el primer disco de Los 7 Delfines tiene mucho de oscuridad, no está provocada sino que fue nuestra reacción natural a lo que nos estaba invadiendo.

No por casualidad ese primer disco salió en 1992, justo el año de Dynamo de Soda Stereo. Ambos se grabaron en el Estudio Supersónico de Soda.

Claro, claro.

Aquí viene mi pregunta que tiene que ver con lo que te comentaba antes de los estudios. Dos discos tremendos, rockeros, con distorsión… grabados casi a la vez y en el mismo sitio. ¿Se “espiaban” o era semi comunitario y cooperativo como en la época de La Cueva y La Perla Del Once (risas)?

Pero en realidad Soda lo grabó después. Gustavo produjo nuestro disco. Si bien salieron el mismo año, L7D lo grabamos antes, con Gus. Él hizo algunos experimentos con nosotros, fuimos conejitos de la India (risas). Hay un tema que se llama “Ni Una Vez Más” que es la primera vez que nos metemos en el terreno de, ponele, My Bloody Valentine, ese tipo de sonido donde dijimos, “bueno, vamos a experimentar con esto”.

Entonces Los 7 Delfines lo grabaron un poco antes…

Sí, y cuando salió Dynamo me dije “¡qué hijo de puta…!” (risas)

Me encanta Dynamo, quizá mi favorito de Soda

Sí, sí.

Se da eso ¿o no? El otro día recordaba que mientras en el estudio Sarm West que Led Zeppelin usó para grabar parte de su 4to disco, al lado estaba Jethro Tull grabando Aqualung, o cuando los Beatles grababan en Abbey Road Sgt Pepper al lado estaba Pink Floyd registrando su debut –salvando las distancias entre ambos discos, claro–. Pero como que las bandas de alguna manera se potencian a veces, se influyen estando tan cerca ¿Pensás igual o es pura casualidad?

Y eso pasa… “¡Estamos separados por una pared!» (risas)

O sea que Gustavo te “choreó” para hacer Dynamo (risas). ¡A vos te parece!

No, no fue eso… si le salía, lo iba a hacer, ¡jajajaj!

Claro, ¡y le salió! Le salió por dos… ¡Dos discazos!

Le salió doble, sí. Discazos.

La primera vez que te entrevisté fue en tu casa y Gus estaba vivo, si bien ya con el accidente cerebrovascular. Hoy él ya no está. Sé que el duelo lo pudiste hacer, pero quiero hacerte unas preguntas con respecto al disco/gira Ahí Vamos de Cerati donde vos fuiste un apoyo especial, como tantas veces en su relación, en la que hubo en realidad un apoyo mutuo tantas veces. Como mi favorito de Soda que es Dynamo, también amo este disco solista que también es super rockero. En él Gus salió del sonido Siempre es Hoy, más pop. Y vos co-compusiste varias canciones con él en esa época (Caravana, Jugo de Luna, etc). Esa impronta, ese inflador rockero para ese álbum ¿se lo diste vos o Gus ya venía seteado para ese cambio?

Yo creo que él ya estaba seteado pero el que nos encontráramos en ese momento lo terminó de envalentonar y decidir a pegar el volantazo. Porque yo estuve con él desde las primeras reuniones del proyecto, cuando estaba convocando al primer grupo de músicos con los que iba a trabajar. Pero las canciones las tenía armadas, no sabía bien cómo… Yo no sabría decirte hasta qué punto influí musicalmente, realmente. Pero sí sé que estando ahí, la definición del proyecto, lo de banda y de rock estando yo allí, a él le daba seguridad, que lo iba a poder realizar y que lo iba a poder hacer en vivo, también. Que no iba a estar de nuevo él solo con la guitarra. De esto estoy seguro; él quería hacer un disco muy distinto al anterior y quería vovler a tocar más la guitarra. Eso sí. Y que yo estuviera ahí como que lo animó a que hicíeramos algo más rockero, más grande.

Hasta la versión que hacían de Prófugos (tema de Soda Stereo) es mucho más rockera. Impresionante.

En vivo, sí. Pero más que nada me refiero a la etapa de grabación del álbum de estudio Ahí Vamos. Nooo, después cuando salimos a tocar no quedó nada. La pasamos tan bien en el escenario y siempre agregábamos un tema a la lista, lo versionábamos y cada vez salía mejor que antes. Reversionamos Prófugos e hicimos más de 70 shows y hasta el último día sacábamos temas viejos de Soda o de Gustavo y los versionábamos o algún cover, como para mover un poquito el juego y no hacer siempre lo mismo. Y sí, comparto, la versión de Prófugos era increíble.

Para terminar y debido a la temática de este libro te quiero pregunrtar: ¿Cuáles son para vos los LUGARES HISTÓRICOS DEL ROCK EN BS AS que un turista rockero no debiera perderse? Aunque algunos ya no existan como cuando estaban en su apogeo,pero he rescatado para el libro muchos sitios donde al menos –como cuando hablábamos del Stud Free Pub– hay algo construído en el mismo lugar que sirva como referencia para la gente diga “ ¡mirá lo que pasó aca”!

Y sí, es difíicil eso. Pero está bueno porque recién me mencionabas el estudio Supersónico (estudio de Soda Stereo). ¿Conocés dónde es la esquina, que lo demolieron?

Sí, en la calle Rómulo Naón

Hay un jardín.

Sí, destaca una pared cubierta de una especie de hiedra.

Claro, donde está el patio, ahí estaba el estudio. Ese es un lindo lugar. El estudio Panda, ahí se grabó muchísimo del Rock Nacional Argentino. El Zero Bar atrás del Jardín Botánico, ¡tendría que hacer una listita! La memoria es traicionera. El estudio de Spinetta, La Diosa Salvaje. Urquiza tiene lindos lugares, estudios como Melopea, La Diosa Salvaje, El Pie, que te contaba antes.

Mil Gracias, Richard.

Por nada.

Entrevista completa a Juan Carlos Black Amaya: ¡ROCK IS HERE BUENOS AIRES!

Entrevista a Juan Carlos Black Amaya – Vía mail desde Concarán, en la provincia de San Luis – 12 de noviembre de 2017.

Juan Carlos “Black” Amaya nació en Buenos Aires en 1950. Su trayectoria como baterista en varias bandas históricas del Rock de la Argentina es única: La Pesada del Rock And Roll, Pappo´s Blues y Pescado Rabioso, son apenas tres de los combos notables de los que fue parte. Además, Black ha tenido infinidad de colaboraciones y varios proyectos propios en el que destaca el Black Amaya Quinteto y que hasta ahora nos ha dejado dos discos de puro rock and roll & blues.

Marcelo Lamela: Tu carrera entre los exponentes del rock clásico, hard rock y blues es de las más sobresalientes, dignas y versátiles entre los bateristas del Rock Argentino. ¿Cómo vivís la misma hoy desde Concarán (Provincia de San Luis), lugar que además le dio nombre al excelente disco debut del Black Amaya Quinteto?

Black Amaya: Muchas gracias, vivo mas tranquilo aqui en Concarán, por eso me vine, salgo a tocar dos o tres veces por año por el interior del pais y vuelvo corriendo a mi casita, jaja.

Vos fuiste uno de los habitués de La Cueva de Avenida Pueyrredón: ¿Cómo era el clima en general a medida que cada artista presentaba sus creaciones entre sus pares? ¿Era el que se muestra como típico de aquella época, esto es, de colaboración y apoyo o había alguno del que pudieras decir “ojo con éste no sea cosa que me robe una idea?” ¿O directamente eso no existía?

Bueno yo fui a la puerta de La Cueva de Pueyrredon pero no me dejaban entrar porque tenia 17 años, así que me quedaba en la vereda y escuchaba las zapadas que se hacian. Ahora, la otra Cueva –la de Rivadavia cerca de Once (Nota: Av. Rivadavia al 2300 y conocida como Cueva II)– era la de Billy Bond y ahi sí tuve más partipación porque ya era mayor y me dejaban entrar. Acompañé a Moris y tocaba con Billy antes de ser La Pesada. En esta Cueva conocí a la gran mayoria de los músicos que estaban dándole forma al Rock Nacional.

Tu etapa en La Pesada Del Rock And Roll: Vos estabas en la banda al grabar el LP Buenos Aires Blues. El 20 de octubre de 1972 se realizó el festival Jornadas Para La Juventud en el Luna Park ¿Eras parte del grupo en vivo aquel día? ¿Qué fue lo que sucedió ese día con respecto a los disturbios y la participación de Billy Bond?

Yo he tocado con La Pesada en pocos lugares pero esa noche yo tocaba con Pescado Rabioso. Después de Billy veníamos nostros y despues Aquelarre, creo. En un momento Billy le dice a la gente que se acercaran más al escenario para cantar junto a él. Se vinieron todos los que estaban atrás y aplastaban a los que estaban en primera fila del escenario, no hubo muertos pero sí varios heridos. A partir de ahí se pudrió todo y suspendieron el festival y al día siguiente los diarios criticaban muy duro lo que había pasado.

Posiblemente mi banda preferida de la carrera de Pappo sea justamente Pappo’s Blues. Vos fuiste fundador y un activo miembro de la misma. Aunque grabaste el disco debut, el 2, después te salteaste el 3, grabaste el 4 y luego no participaste hasta el 8 (a mediados de los años 90). ¡Eso sí que es Rock and Roll! Pero ¿porqué esas idas y venidas, sobre todo al prinicipio de los años 70?

Sí, me siento orgulloso de haber sido el primer baterista de Pappo’s Blues y de haber grabado seis discos con el Carpo. El que modificaba todo siempre fue Pappo, por ahí se iba de viaje a Londres o E.E.U.U. y te decia “¡¡¡me voy!!!”

Cuando volvia seguramente algún proyecto tenía y si estabas cerca tocabas seguro. Pappo era así, nunca sabías con qué te iba a salir. En esos años los grupos duraban dos años como mucho, será porque teniamos muchas ideas cada uno en lo suyo y al haber pocos músicos se formaban clanes y ahi compartíamos en alguna banda.

Más adelante con Pappo fueron soporte de The Rolling Stones y de B.B.King: me imagino las de anécdotas que tendrás. ¿Alguna que se pueda compartir?

Cuando le avisan a Pappo que seríamos parte de las bandas invitadas en los cinco River de Los Rolling nosotros estábamos de gira por Córdoba. Parábamos en la casa de Carlos Paz que era de los padres de Pappo. Estábamos tirándonos con las almohadas cuando de repente entra el manager y le dice»Pappo, te llaman de BsAs». Pappo sale y vuelve corriendo al cuarto y nos dice «¡¡¡vamos a ser soporte de Los Rolling!!!». Continuamos con la guerra de almohadas y gritando de alegría por ser convocados para semejante evento, nada menos que de los Rolling Stones, banda favorita de nuestra adolescencia. En el de caso B.B King fue más sencillo, el blues estaba de moda como en los años 70, venían todos los bluseros en los 90 y de repente aparece esta invitación, también muy bien recibida, para tocar con el Rey del Blues.

Y llegamos al maravilloso Pescado Rabioso. En los Estudios Phonalex de Belgrano –por su historia de discos grabados es uno de mis sitios preferidos de los que aparecen en esta guía– fueron donde se registraron los tres álbumes de la banda. Contaban con algunas maravillas que co-compusiste, como Despiértate Nena, Dulce 3 Nocturno, o el single Me Gusta Ese Tajo. ¿Qué recuerdos tenés de aquellas grabaciones y qué nos podés contar dela génesis de “Tajo”, de la que se dice que vos fuiste el combustible principal detrás de la idea?

Para mí también, Phonalex es unos de lugares que más quiero y donde tengo buenos recuerdos con los muchachos de Pescado. Me acuerdo de Norberto Orliac, el ingeniero de grabación, no lo vi nunca más, me hubiera gustado saber de él. Entrábamos a las 10 de la mañana y nos íbamos al anochecer; se grababa rápido, en primeras o segundas tomas. Así salían los temas, se grababa a cinta y si te equivocabas tenías que volver a empezar el tema de nuevo. En los intervalos de los ensayos, yo por ahí agarraba un bajo y me ponía a tocar algo sin saber qué era… o la guitarra,para practicar los primeros tonos que me enseñaba el Bocón Frascino. Dulce 3 Nocturno lo empecé yo tocando Fa y Do y repetía… al instante Me Gusta Ese Tajo: los tonos los puse yo y se sumaron Bocón y Luisito. En Despiertate Nena, mientras el Flaco dibujaba la tapa del Pescado 2, yo estaba tocando los primeros tonos y preguntándole a Luisito.De vez en cuando me surgía alguna duda y él me iba diciendo «poné los dedos allá o allá»… Después él, en un ratito, lo terminaba. Muy pocos temas disfruté grabando. Yo era muy exigente conmigo mismo y nunca me gustaba como había quedado lo que yo hacía, entonces venía Luisito y me decia «está bien lo que tocaste; dale, vamos, hagamos otra toma» y quedaba seguro… Nunca una pelea o un disgusto cuando se grababa, éramos muy amigos y afectuosos… cero egos.

¿Cómo fue que Artaud terminó siendo prácticamente un solista del Flaco Spinetta y el único del que no fuiste parte?

Artaud era el 4º disco que estaba en el contrato con Microfrón al separarnos, y que quedó sin grabar. Por eso es que Luis Alberto reúne a los músicos más cercanos para poder grabarlo. Los temas Supercheria, Cementerio Club, Bajan y Todas Las Hojas Son Del Viento, fueron temas que tocamos en trío con el Bocón Frascino en los comienzos de Pescado, y que habían quedado afuera de los otros discos grabados.

Viendo la fama obtenida por ese disco a lo largo de los años, y más allá de que a lo mejor a tu carrera no le falta una “medalla” más para ser excepcional, ¿te arrepentís de no haber sido parte de Artaud?.

Fue un disco muy bueno. Cuando lo escuché me dieron ganas de volver a Pescado pero ya era tarde, me di cuenta que estaba arrepentido por haberme ido de la banda. A muchos les gustó el disco pero también están Desatormentándonos y Pescado 2 (doble), discos en donde Luis Alberto se convierte en guitarrista de Blues y Rock siendo la banda más rockera en la que tocó. Aparte, Artaud tuvo más repercusión tambien porque Cerati grabó «Bajan» y lo hizo mas contemporáneo.

Contanos por favor tu experiencia en el concierto en el estadio de Vélez para Spinetta y Las Bandas Eternas.

Fue un sueño hecho realidad volver a tocar con Pescado Rabioso y reencontrarme con los muchachos, aunque siempre nos cruzábamos en algún lugar. Fue una experiencia hermosa ser parte de la trayectoria de Luis Alberto, tanto en los ensayos como tocar en Vélez, siempre en un clima de mucho amor y compañerismo entre los músicos. Bueno, es lo que generaba Luisito en todas sus formaciones.

Para terminar: ¿qué lugar histórico de Nuestro Rock en la Ciudad de Buenos Aires no se puede perder de visitar un turista musical, a tu criterio?

Bueno, para mí hay varios, La Perla de Once –aunque ahora hay una pizzería–, Plaza Francia, el café y bar La Paz de Av Corrientes (Nota: bar en la esquina de Corrientes y Montevideo, muy conocido por su movida política, reuniones de rockeros y las visitas de Tanguito a sus mesas de billar), el Teatro Gran Rex, el Ópera… Fuimos de los primeros, junto a otras bandas de rock, en tocar en esos teatros a las 11 de la mañana. La Avenida Corrientes y el Obelisco… esa zona, y la recuerdo con mucho cariño.

Entrevista completa a Litto Nebbia: ¡ROCK IS HERE BUENOS AIRES!

Entrevista a Litto Nebbia. 2 de noviembre de 2017. Ciudad Autónoma De Buenos Aires

Litto Nebbia nació en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe, el 21 de julio de 1948. Es uno de los padres del –como le gusta mencionarlo– Rock Argentino, ya que en su momento decirle «Rock Nacional» le parecía peyorativo. Gracias a su canción La Balsa –compuesta con José Alberto Iglesias (Tanguito) y lanzada en 1967 con su grupo Los Gatos– en 2017 se festejan los 50 años del Rock argentino, y también del rock cantado en español. Pero su famosa canción no es más que un hito iniciático. Su carrera solista es extensa y rica como pocas. Con su sello Melopea construyó uno de los catálogos musicales más impactantes de la música del país, además de haber remasterizado y relanzado recientemente los discos de Los Gatos con un sonido acorde a estos tiempos permitiéndonos, finalmente, tener a disposición esa obra seminal.

Marcelo Lamela: Estamos a 50 años del lanzamiento de La Balsa, el himno que generó que este año se festejara el Rock Argentino como pocas veces antes, y vos compositor de esta canción, junto con Tanguito… ¿Aquellos idealistas de 1967 soñaban con quedar en la historia como artistas, o solo con cambiar el mundo con sus canciones?

Litto Nebbia: Uno escribe lo que siente necesidad de transmitir, sueños, la evocación, cosas que ama o que detesta. Es casi una actitud frente a la vida. Nunca pensás el resultado que va a tener esto. Es un accionar que surge en forma natural. Luego cuando pasa el tiempo y algunas de las canciones han tenido el destino de trascender y perdurar a través del tiempo, lógicamente es algo muy noble que te llena el corazón.

Los Gatos fueron de los pocos que llegaron a grabar en ambas direcciones de los Estudios TNT. La Balsa, ¿llegaron a grabarla en el edificio que estaba en la 9 de Julio y Santa Fe o directamente en la calle Moreno?

Grabamos los primeros temas, “La Balsa”, “El Rey lloró”, “Ya no quiero soñar” y otros hasta “Viento, dile a la lluvia“, del segundo album, en el TNT de Avenida Santa Fe. Luego continuamos grabando en el nuevo lugar de Moreno 970, que era más grande y con 4 canales, un adelanto para la época.

Yo fui uno de los creció injusta y falsamente creyendo que vos te habías apropiado de la canción de Tanguito, debido a escuchar la versión incluída en su disco póstumo en la que se puede escuchar a Javier Martínez repetir En el baño de la Perla del Once compusiste La balsa. Javier luego se arrepintió pero ¿te afectó esa historia, te trajo alguna molestia digna de mencionar?

No me afectó porque uno sabe bien lo que ha hecho y lo que hace, pero ha sido una calumnia horrible producto de la envidia de un par de tipos oscuros y ruines. El músico Javier Martinez y el productor Jorge Alvarez. El efecto tipo “chisme” que tuvo esta mentira, por supuesto no me ha detenido en mi extensa carrera, pero imagínate que hasta vos en pleno 2017 te referís a este suceso. Lo más extraño es que nadie se esmeró siquiera en hacer una buena investigación. Cualquiera que estudie un poco y tenga buen oído, se da cuenta que la canción ha sido escrita por mi en un 98 %, además de haberse hecho tan popular por la versión con mi grupo de adolescencia Los Gatos. Siquerés más datos específicos de cómo se gestó esa calumnia, la anécdota completa está en un capitulo de mi libro “Mi Banda Sonora”, que podés citar sin problemas.

Con tu sello Melopea lograste algo espectacular que fue ganarle una pulseada enorme a la discográfica para reeditar tus discos con Los Gatos como corresponde, y que las nuevas generaciones puedan ir hoy a las disquerías y conseguir los discos que estuvieron décadas fuera de las bateas. ¿Cuán difícil fue tu lucha?

En realidad no tuve ninguna lucha con ellos. Solo actué por instinto personal, porque mi sentimiento me pedía que ese material estuviera presente. Imaginate, un cuarto de siglo sin aparecer, ni que estuviera castigado uno. Se aproximaba este Medio Siglo aniversario y procedí con naturalidad. Hasta el dia de hoy, (y han pasado 10 meses), nadie me ha podido mostrar un contrato legal con mi firma que no me permita publicar estos discos. Al inicio, ellos mediante las típicas Cartas Documentos, me trataron como si fuera un criminal; y luego siguen explotando estos discos en plataformas digitales, cosa que cualquiera se da cuenta que aunque tuvieran un contrato legal firmado por mí, hace 50 años ni existía el termino digital.

Melopea Discos tiene un catálogo impresionante al margen de tu propia obra: ¿se pueden encargar desde la web los discos editados por allí? ¿Y qué nos podés contar de los songbooks de The Beatles lanzados por el sello?

Melopea Discos va a cumplir 30 años en el 2019. Tenemos a la fecha poco más de 600 álbumes producidos. Es una gran satisfacción haber logrado todo esto contra viento y marea, por la pura vocación, el amor al arte. Todo el catálogo se puede comprar en La Casa de Arte Melopea, como la llamamos, que es realidad la casa de mi madre Martha. Y por supuesto se puede conseguir cualquiera de los álbumes en plataformas digitales como I-Tunes o Spotify. Tambien en algunas disquerías.

La trilogía Beatles Song Book que realicé hace algunos años, es un gusto bien personal que estoy acostumbrado a desarrollar cuando homenajeo algún artista que aprecio mucho. Aquí grabé a mi estilo 60 divinas canciones de Los Beatles, con mi visión personal de la cosa; es decir, no son covers.

¿Qué diferencias podés remarcar entre El Acusticazo de 2017 en el Gran Rex y el de 1972 en el viejo Cine Atlantic, en cuanto al espíritu de uno y otro evento?

Con León Gieco (que fuimos de los que participamos aquella primera vez), lo vivimos con el mismo espíritu y con la alegría de volver a recordar algo que fue muy sentido tanto tiempo atrás. Aqui los productores decidieron mixturar con un par de artistas de la siguiente generación: Catupecu Machu y Salta La Banca. Me pareció bien. Con León nos ajustamos esa noche a tocar prácticamente el mismo repertorio de la primera vez. Inclusive León logró reunir de invitados prácticamente a todos los que participaron en ese 1972.

Tu último álbum es junto a Pez, y acaba de ser presentado. Contanos la inspiración sobre el mismo.

Decidí unirme a ellos para registrar algunos discos y tocar en vivo durante este año, a manera de celebrar el Medio Siglo del Rock Argentino. Lo hago con ellos porque son muy buena gente, muy buenos músicos, y también entienden la gestión independiente como yo. Hemos registrado este disco, “Rodar”, que es un material totalmente eléctrico, y además incluye algunas canciones nuevas que hemos escrito en co-autoria junto a Ariel Sanso. Disfrutamos mucho tocando y seguramente haremos otro disco para el 2018.

¿Qué lugar histórico de Nuestro Rock en la Ciudad de Buenos Aires no se puede perder de visitar un turista musical, a tu criterio?

Desgraciadamente en la Capital Federal, se pierden muchos lugares históricos. No los cuidan, no se conservan o bien se les practica un “aggiornamento” y luego son irreconocibles. Por ejemplo: si quisieras pasar por la legendaria “Cueva” de Pueyrredon, quién sabe qué negocio existirá allí hoy dia. Si vas a “La Perla”, fue vendida y ahora es una pizzería común y corriente. En Rosario, mi ciudad natal, son distintas las cosas al respecto. Están por nombrar lugar histórico la pension céntrica de Maipú 956 donde vivía con mis padres hasta mis 16 años. Lo mismo con el mítico Club Francés de la calle San Luis, donde tocábamos todo el tiempo con Los Gatos Salvajes durante 1964. El tradicional bar “El Cairo”, donde cantaba mi padre con una Orquesta antes que yo naciera, está hoy dia en pleno funcionamiento y conserva como espacio histórico las mesas donde se reunía Fontanarrosa con sus amigos. Han restaurado el traidicional Hotel Savoy, donde a mis 9 años íbamos con mis padres a tomar el té con el legendario tanguero Juan D’Arienzo, el Rey del Compás.

¡Viva la vinyl! Lo más vendido en UK

Hay un Top 20 casi nuevo en el último ránking de singles de vinilo del Reino Unido gracias al Record Store Day 2018.

Solo Noel Gallagher se mantiene firme desde la semana anterior, con el single deWho Built The Moon? : It’s A Beautiful World quedó escalando un lugar en medio de lanzamientos especiales de David Bowie, U2, The Police y más, todos ellos encabezados por Led Zeppelin’s Rock And Roll.

Como reflejo del aumento en la popularidad del formato tradicional, las listas dedicadas a las ventas de álbumes de vinilo y de singles fueron lanzadoas por la Official Charts Company en 2016 con la tabla de simples recopilada de las ventas de los registros de 7 «y 12».

UK Vinyl Singles Chart, Top 20:

1 – (new) Led Zeppelin – Rock And Roll
2 – (new) David Bowie – Let’s Dance
3 – Noel Gallagher’s High Flying Birds – It’s A Beautiful World
4 – (new) Sufjan Stevens – Mystery Of Love
5 – (new) U2 – Lights Of Home
6 – (new) Soft Cell – Say Hello Wave Goodbye
7 – (new) Small Faces – Lazy Sunday
8 – (new) Public Service Broadcasting – People Will Always Need Coal
9 – (new) Mansun – Wide Open Space
10 – (new) Rag N Bone Man – Don’t Set The World On Fire
11 – (new) Courtney Barnett – City Looks Pretty
12 – (new) Jimi Hendrix – Mannish Boy
13 – (new) Sparks – You Earned The Right To Be A Dick
14 – (new) Brian Eno & Kevin Shields – The Weight Of History
15 – (new) Wolf Alice – Don’t Delete The Kisses
16 – (new) First Aid Kit – You Are The Problem Here
17 – (new) Steven Wilson – How Big The Space
18 – (new) The Police – Roxanne
19 – (new) Def Leppard – C’mon C’mon
20 – (new) Belly – Army Of Cla

Muse y el film de su Drones World Tour

Muse ha anunciado el lanzamiento de Drones World Tour, un evento de una sola noche en cines de todo el mundo el 12 de julio de 2018.

Las entradas estarán disponibles el 3 de mayo a las 2pm GMT / 10am EDT en musedrones.film.

La película contiene efectos especiales nunca antes vistos, complementando perfectamente la producción escénica creativa, asegurando la mejor experiencia sensorial audiovisual.

Junto con la visión exclusiva de la banda hablando sobre el concepto creativo, los aspectos más destacados del espectáculo incluyen Drones autónomos que vuelan a través del público, proyecciones gigantes y trabajos de láser LED intrincados y perfectamente diseñados que crean un mundo misterioso e inquietante.

Buscá un cine cerca de tu domicilio que proyecte la peli en http://www.musedrones.film

 

Los discos más vendidos del año entre RSD y RSD

The Official Charts Company ha anunciado los álbumes más vendidos en negocios independientes -no incluyen a las grandes cadenas- del Reino Unido entre el Record Store Day del año pasado y el que va a producirse mañana. Los clásicos siguen siendo hits con el OK Computer de Radiohead al tope y Sgt Pepper de The Beatles en el 2ndo puesto.

A saber:

The Official Top 40 biggest selling albums in independent record stores since Record Store Day 2017:

1OK COMPUTER RADIOHEAD

2SGT PEPPER’S LONELY HEARTS CLUB BAND BEATLES

3DIVIDE ED SHEERAN

4AMERICAN DREAM LCD SOUNDSYSTEM

5VILLAINS QUEENS OF THE STONE AGE

6HOW DID WE GET SO DARK ROYAL BLOOD

7HUMAN RAG’N’BONE MAN

8AS YOU WERE LIAM GALLAGHER

9EVERY VALLEY PUBLIC SERVICE BROADCASTING

10WHO BUILT THE MOON NOEL GALLAGHER’S HIGH FLYING

11SLEEP WELL BEAST THE NATIONAL

12EVERYTHING NOW ARCADE FIRE

13LOTTA SEA LICE COURTNEY BARNETT & KURT VILE

14TRUTH IS A BEAUTIFUL THING LONDON GRAMMAR

15A DEEPER UNDERSTANDING WAR ON DRUGS

16VISIONS OF A LIFE WOLF ALICE

17HUNKY DORY DAVID BOWIE

18HUMANZ GORILLAZ

19THE RISE AND FALL OF ZIGGY STARDUST DAVID BOWIE

20EVERY COUNTRY’S SUN MOGWAI

21RUMOURS FLEETWOOD MAC

22THE DARK SIDE OF THE MOON PINK FLOYD

23UTOPIA BJORK

24RELAXER ALT-J

25CONCRETE AND GOLD FOO FIGHTERS

26THE THRILL OF IT ALL SAM SMITH

27CARRY FIRE ROBERT PLANT

28SLOWDIVE SLOWDIVE

29LOW IN HIGH SCHOOL MORRISSEY

30DAMN. KENDRICK LAMAR

31CIGARETTES AFTER SEX CIGARETTES AFTER SEX

32A LOVE SO BEAUTIFUL ROY ORBISON/RPO

33NAT KING COLE & ME GREGORY PORTER

34A FEVER DREAM EVERYTHING EVERYTHING

35COLORS BECK

36CRACK-UP FLEET FOXES

37DIFFERENT DAYS THE CHARLATANS

38WONDERFUL WONDERFUL KILLERS

39MODERN KOSMOLOGYJ ANE WEAVER

40THE QUEEN IS DEAD THE SMITHS

Nick Mason deja de ser un secreto

Nick Mason anunció que formó una nueva banda para salir a tocar en vivo canciones de la primera época de Pink Floyd. Y su primer show ya está todo vendido.

Bajo el nombre Nick Mason’s Saucerful of Secrets (exacto, como el segundo álbum de su ex banda), el grupo integrado por Gary Kemp (Spandau Ballet), Lee Harris (Blockheads), Guy Pratt (ya un clásico bajista relacionado con Pink), Dom Beken (colaborador del tecladista Rick Wright) y Mason realizará sus primeros shows en Londres durante el mes de mayo.

«Esta es una oportunidad única para experimentar el famoso y significativo trabajo inicial de Pink Floyd, incluidas canciones de los discos The Piper at the Gates of Dawn yA Saucerful of Secrets», aseguró la banda a través de un comunicado de prensa. «Muy pocas bandas son tan importantes culturalmente como Pink Floyd. Son unos de los artistas musicales más vendidos de todos los tiempos y Nick Mason es uno de los fundadores y el único miembro de la banda que participó con su batería de todos sus álbumes, así como en todos sus shows en vivo. Esta será la primera actuación de Nick Mason desde que Pink Floyd tocó en el concierto Live 8 de 2005, en Londres «.

El debut de Nick Mason’s Saucerful of Secrets está programado para el 20 de mayo, en el Dingwall’s de Londres y, tal cual contamos al inicio, ya está sold out.

Oasis: a 21 años de la foto de tapa de Be Here Now

En celebración del 21 ° aniversario de la foto que vestía la tapa del 3er álbum de Oasis, Michael Spencer Jones, en asociación con Spellbound Galleries, ha producido una obra de arte de edición limitada de la sesión nocturna Be Here Now. La imagen fue tomada en Stocks House, Hertfordshire.

Michael Spencer Jones recuerda: «La portada de Be Here Now originalmente se había concebido como una toma nocturna, pero la fotografía que tomé no se podía usar; el generador de iluminación principal se había volado durante el rodaje, lo que provocó que la película quedara completamente subexpuesta. Esto significaba que teníamos que hacer una de las tomas de respaldo que había hecho antes durante el día, así que la famosa toma diurna con la que todos estamos familiarizados realmente terminó en la tapa por error «.

21 años después, esta imagen nunca antes vista de esta sesión histórica ha sido minuciosamente restaurada por Michael del negativo original. Es justo decir que esta es la imagen originalmente diseñada para la portada de Be Here Now.

Esta edición firmada está estrictamente limitada a 125 copias en todo el mundo y está disponible a un precio de prelanzamiento de £ 325 IVA incluido. http://www.spellboundgalleries.com/prints–oasis–be-here-now-(at-night)-21st-anniversary.html