PAUL, UN ALMA NOBLE
A pocos, poquísimos minutos de finalizar el segundo show de la quinta visita de Paul McCartney en Buenos Aires, estoy saliendo del estadio de River Plate junto a una extasiada muchedumbre tras casi tres horas de un sube y baja emocional, de gozar de canciones que pertenecen al ADN del planeta. Todavía -a pesar de la cantidad de veces que ya lo ví al Sir- no me acostumbro a que alguien tan GROSO despliegue una simpatía y una entrega a sus fans como lo hace Macca. De pronto, la gente se agolpa contra las vallas que la separan de la calle porque se da cuenta que el beatle y su comitiva salen raudos hacia -se supone- su hotel. Y allí, en el piso de arriba de un ómnibus de dos pisos, se encuentra Paul, de pie, sonriente e inclinándose hacia la ventanilla para saludarnos a su paso. A tres metros nuestro.
Y yo -como digo, todavia no acostumbrado a que ésta sea SU forma de ser- comento «¿Qué necesidad tiene de este extra con todo lo que acaba de brindarse?» Y la persona a mi lado, sabia y alguien que de cuestiones de generosidad del corazón sabe y mucho, me dice: «Paul es un alma noble».
Simple, contundente. Real.
Paul es eso. Le brota nobleza de cada poro, cada sonrisa, cada canción. Porque (y siempre decimos lo mismo), ¿qué necesidad tiene de exigirse en temas difíciles de cantar a los 82 años como Maybe I’m Amazed o Helter Skelter? Por su nobleza.
¿Por qué estar tres horas cantando en uno de los sitios en el mundo que están más alejados de su cómoda casa en St. John’s Wood, cuando podría estar disfrutando de todo lo que ya nos dió mirándose el ombligo o -si tanto quiere trabajar- caminar cinco minutos e ir a Abbey Road para grabar alguna otra de esas gemas que suele componer? ¿O estar pelando un español súper simpático, con un bien argentino «Che, boludos» incluído, en vez de estar tomando el té con su Rey en algún palacete en su Rubia Albion natal?
Porque es noble. Pero es una ironía que esta grandeza -que aprendió en su casa de pibe- no viene con un título de nobleza.
Alguna vez colaboré mucho con una revista que ya no existe y escuchaba a algunas personas, incluso periodistas, muy puristas ellos, comentar que escribir en primera persona no está bien si de música se trata.
Con McCartney ésto queda en desuso porque la mejor manera de escribir de él es -creo, humildemente- transmitiendo lo que genera con lo que te transmite: y por eso, ésto es una catarsis, no una nota para ganar un premio o vender.
Lo de Paul excede el mero placer de unos lindos acordes puestos todos juntos. Lo suyo se explica con el oído -obvio- pero el valor agregado con este pibe es lo que se trata de explicar desde el sentimiento, con la lágrima que cae rebelde a pesar de que pensás que en una de esas no llorás porque sabés lo que viene en el próximo tema y te vas preparando.
Y no, la felicidad que brinda esa melodía se escapa por los lagrimales y en forma de abrazo con quienes tenés al lado. Capaz es por recuerdos que te vienen, pero creo que es la humanidad misma implícita en la canción lo que genera todo.
Macca te lleva desde la primera canción que grabaron The Beatles -como The Quarrymen en 1958- hasta la última que lanzaron, Now And Then, en 2023. En el medio, toda su carrera a pura emoción.
El sabe cuál es su lugar en la historia del mundo y me alegra infinitamente que lo sepa, porque lo puede disfrutar en vida. Muchos aparatos de boca fácil que lo criticaron alguna vez porque él y su música son optimistas, lo alabarán cuando ya no esté. Como algunos por acá criticaban a Messi, algo así.
Qué manera de perder el tiempo, teniendo la posibilidad de disfrutar de un tipo que (mil disculpas de mentirita de nuevo a los puristas) está a la altura de un Mozart o un Beethoven y NOSOTROS somos sus contemporáneos. Un regalo que nos dió la vida.
¿O McCartney no es un clásico que se va a escuchar durante siglos por venir?
Gracias Paul: me acompañaste toda la vida, tus canciones sonaron siempre y sos AMIGO de una cantidad enorme de generaciones, en una relación inédita con cualquier otro artista.
Como dijiste anoche, HASTA LA PRÓXIMA (See you next time!)
Ver setlist debajo
Foto portada: Catalina Almada, gentileza DF Entertainment
SETLIST
A Hard Day’s Night
Junior’s Farm
Letting Go
Drive My Car
Got to Get You Into My Life
Come On to Me
Let Me Roll It (with «Foxy Lady» by Jimi Hendrix coda)
Getting Better
Let ‘Em In
My Valentine
Nineteen Hundred and Eighty-Five
Maybe I’m Amazed
I’ve Just Seen a Face
In Spite of All the Danger
Love Me Do
Dance Tonight
Blackbird
Here Today
Now and Then
New
Lady Madonna
Jet
Being for the Benefit of Mr. Kite!
Something
Ob-La-Di, Ob-La-Da
Band on the Run
Get Back
Let It Be
Live and Let Die
Hey Jude
Encore:
I’ve Got a Feeling (with virtual duet with John Lennon from The Beatles’ rooftop concert and new coda)
Birthday
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise)
Helter Skelter
Golden Slumbers
Carry That Weight
The End